jueves, 19 de noviembre de 2015

HSTORIA DE MOISÉS

Moisés encontrado en el Nilo Un día nació un niño israelita y a su madre le daba mucha pena tirarle al río. Entonces, decidió hacer una cesta de paja, meterlo en ella y dejarlo flotando en el agua. La cesta con el niño fue bajando por el río y, al pasar cerca del palacio del Faraón, donde estaba bañándose su hija, le gustó tanto que lo tomó en sus brazos y se lo quedó como si fuera hijo suyo. Le puso por nombre Moisés, que quiere decir «salvado de las aguas». Moisés fue educado en el palacio, como un miembro más de la familia del Faraón. Un día, cuando era ya mayor, se enteró de que él era israelita. Al ver lo mal que vivía su pueblo, como esclavos, se puso triste y escapó del palacio. Se dirigió al desierto, haciéndose pastor de ovejas. Cierto día estaba Moisés cuidando el rebaño, cuando vio una zarza ardiendo. Al acercarse, oyó una voz que le decía: «Moisés, Moisés, soy el Dios de tu padre Abraham, de Isaac y de Jacob. He visto lo que sufren los israelitas en Egipto y voy a sacarlos de allí. Vete y dile al Faraón que yo te mando, para que os deje marchar a todos». Pero el Faraón se negó, y Dios le castigó a él y al pueblo egipcio con muchas plagas. * * * Salida de Egipto Con el último castigo que mandó Dios a los egipcios, murieron los hijos mayores de cada familia, incluido el hijo del Faraón. Éste, por fin, dejó salir de Egipto a los israelitas, que guiados por Moisés, se dirigieron a la Tierra Prometida o tierra de Canaán. A esta salida de Egipto se llama Éxodo. El paso del Mar Rojo Los israelitas se encontraron en su camino con el mar Rojo. Se asustaron mucho porque el ejército egipcio los perseguía muy de cerca. Moisés rezó a Dios, levantó la mano sobre el mar y Dios dividió las aguas del mar Rojo dejando en medio un camino seco. Los israelitas pasaron por allí y, cuando acabaron de pasar, Dios cerró el mar de nuevo y los egipcios fueron derrotados. Moisés en el Monte Sinaí Dios guió al pueblo de Israel por el desierto y lo llevó hasta el monte Sinaí. Un día la montaña se llenó de fuego y hubo relámpagos y truenos y grandes sonidos de trompetas. Lectura de la historia del Monte Sinaí Dios llamó a Moisés a la montaña y le dijo: «Yo soy tu Dios, el que os ha sacado de la tierra de Egipto. Vosotros seréis mi pueblo. Cumpliréis mis mandamientos y no tendréis otros dioses». LAS TABLAS DE LA LEY Dios le dio a Moisés las tablas de la Ley como señal de su Alianza con el pueblo. Eran de piedra. En ellas estaban escritos los Diez Mandamientos de la Ley de Dios: Amarás a Dios sobre todas las cosas. No usarás el nombre de Dios en vano. Santificarás las fiestas. Honrarás a tu padre y a tu madre. No matarás. No cometerás actos impuros. No robarás. No mentirás. No pensarás nada impuro. No codiciarás las cosas de otro. El Arca de la Alianza Moisés construyó un arca por mandato de Dios. Era como un cofre o caja con unas figuras de Ángeles encima. En ella guardó las tablas de la Ley. Los soldados de los israelitas la vigilaban cuando marchaban por el desierto. Cuando paraban, la ponían en una tienda de campaña adornada con tapices, que era su templo. Allí rezaban. Moisés ante la Tierra Prometida Por fin llegaron a la Tierra Prometida. Moisés la vio desde lo alto de un monte. Habían tardado cuarenta años en llegar, porque los israelitas no siempre fueron buenos mientras vigilaban por el desierto. Y Dios quiso darles tiempo para que se hiciesen mejores. Moisés era ya muy viejo y se murió sin entrar en la Tierra Prometida.

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